La riña en un penal de altamira que el pasado miércoles causó 31 muertos estuvo motivada por una lucha sangrienta que enfrenta a dos cárteles de la droga por controlar el Estado de Tamaulipas, explicaron hoy fuentes oficiales.
Las víctimas se produjeron en el penal del municipio de Altamira, en Tamaulipas (norte del país), una región de alta conflictividad que desde comienzos de 2010 es escenario de una pelea por controlar esa área entre los cárteles de Los Zetas y el Golfo.
Fuentes del gobierno de Tamaulipas, que pidieron mantener en reserva su identidad, dijeron que la riña en la cárcel comenzó “al parecer como consecuencia de una disputa por el control de actividades ilícitas dentro de la prisión”.
El penal de Altamira, de mediana seguridad, tiene capacidad para 2,000 reos, pero, como suele ser frecuente en los centros de reclusión de México, estaba con exceso de población carcelaria y mantiene recluidos a unos 3,000 internos.
En la pelea se usaron armas cortopunzantes y palos que estaban en poder de los reclusos. Las autoridades lograron recuperar el control del penal horas después de que estallara la revuelta.
De los fallecidos, veintidós guardaban prisión por crímenes procesados por la justicia estatal y los otros nueve por delitos federales. Además, hubo 13 heridos, según el saldo dado a conocer anoche por las autoridades y que se mantenía hoy.
La reyerta registrada en el Centro de Ejecución de Sanciones de Altamira “de momento” es investigada por las autoridades del Estado, agregaron las mismas fuentes, aunque no se descarta que el caso sea trasladado a la Procuraduría General de la República (PGR).
Las mismas fuentes dijeron que los trece presos heridos, que presuntamente participaron en el altercado, “son interrogados” por las autoridades de la fiscalía de Tamaulipas.
La riña se produjo dos meses después que estallara una reyerta similar en la cárcel del municipio de Matamoros, también en Tamaulipas, que se saldó con 20 muertos y 12 heridos.
Los cárteles de Los Zetas y el Golfo, protagonistas de la última pelea carcelaria, llegaron a ser aliados. De hecho, Los Zetas nacieron como una fuerza de sicarios contratada por el Cártel del Golfo, pero hace dos años rompieron lazos y se convirtieron en grupos enemigos.
El gobierno federal envió en mayo pasado 500 militares para apoyar a las autoridades de Tamaulipas, que se veían desbordadas en sus actuaciones para controlar a los cárteles de la droga.
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